Música para hacer yoga: 6 consejos y artistas para acertar con tu selección

Música para practicar Yoga

Música para hacer yoga: 6 consejos y artistas para acertar con tu selección

Elegir bien la música para hacer yoga es una tarea en sí misma. No en vano, la música tiene el poder de generar emociones en quienes la escuchamos, aunque sea de fondo.


Gracias a ella podemos inducir un estado de equilibrio y relajación, generar un ambiente de calma e incluso modular las sesiones. Pese a que existen músicas famosas y que disfrutamos, como la de Krishna Das, no siempre se adecúan a lo que buscamos en nuestra práctica diaria.

Y es que, como te puedes imaginar, utilizar música para yoga no es obligatorio, pero sí algo que puede contribuir a que disfrutes todavía más de esta práctica milenaria. Si quieres descubrir cómo puedes sacarle todavía más partido a tu selección, te doy algunos consejos que te ayudarán a acertar.

Música para hacer yoga: 6 claves para acertar

Siguiendo en la línea que comentaba, la música para hacer yoga es un añadido. Lo primero y más importante es tomar consciencia de eso: ni es algo que debas forzar, ni supone hacer un mejor yoga.

Como yo, hay personas que encuentran que la música es una facilitadora de emociones. Por eso, te animo a probarlo primero, apoyándote en estas estrategias que he descubierto en mis propias experiencias.  Porque, como en la propia vida, no hay una única respuesta correcta: de lo contrario, todas utilizaríamos la misma playlist, ¿no?

Las melodías instrumentales son siempre una gran opción

Las canciones que nos emocionan a menudo cuentan con palabras. Recordamos estas, las tarareamos y son una forma de atraer nuestra atención.

Por ejemplo, la música de artistas como Ólafur Arnalds puede generar emociones e intensidad, mientras que otras como Snatam Kaur, con sus toques Kirtan y música de India devocional, funcionan bien como un tenue telón de fondo.
¿Y por qué no usamos música de la radio o de nuestros favoritos? Porque algo que resulta tan positivo en el día a día como cantar, puede ser contraproducente durante una sesión.

Por eso, si buscas música para hacer yoga, elige temas instrumentales o con una base vocal suave. Una melodía de fondo no distrae, enriquece y puede generar su propia emoción.

Si buceas un poco por la red, encontrarás versiones de la mayoría de temas que son melódicas, ¡sin letras! Si no, puedes empezar por artistas como Mirabai Ceiba o Nirinjan Kaur, ambos de prestigio reconocido y que encajan con (casi) cualquier sesión.

Utiliza música que complemente la secuencia

He estado en clases y sesiones de yoga donde el flujo de la asana no coincide con la música que se está reproduciendo. Por ejemplo, golpes fuertes no tienen mucho sentido en Dandasana (postura del bastón), por ejemplo.
Para ello, utiliza mejor esta música para Dandasana, o algo suave, como pianos o guitarras melódicos.
Al usar música, siempre se debe considerar por qué queremos usarla y, sobre todo, en qué contexto vamos a usar la música para yoga. Si buscamos algo relajado y tranquilo, hemos de buscar un acompañamiento que nos ayude a fluir en esa dirección. Con cuidado y coherencia.

Las clases de yoga suelen inciarse con una fase de meditación corta para centrarnos en iniciar nuestra conexión cuerpo mente, en este momento se usa música de baja vibración para conectar sin alterarnos o poner demasiado foco en la música de fondo.

Posteriormente tenemos el calentamiento, que suele ir acompañado de Saludos al Sol A y B, en esta parte el ritmo de la música puede ser más elevado para que acompañe la secuencia de las asanas, pero debe ser constante. Si la música no hace repeticiones siguiendonos a nosotros en nuestra secuencia, nos podríamos desenfocar. Después del calentamiento ya estamos preparardos para profundizar en la práctica de yoga, muchas canciones instrumentales tienen golpes de percusión que puede hacer sinergia con nuestra respiración, es importante que ahora usemos música que nos transporte a seguir respirando pero perdernos en nuestro tercer ojo de forma cómoda.

Normalmente, las clases terminan con estiranmientos lentos e invertidas que vulven a traernos a un estado de mayor relajación y reflexión sobre nuestra práctica, en esta parte volvemos a tener música de fondo muy tranquila y quizás con cantos de mantras indios.

Es importante que si hacemos una playlist de sportify de “música para yoga” lo hagamos en el orden descrito anteriormente según el orden normal de las clases de yoga. Será necesario ordenar las canciones dependiendo de la frecuencia de su ritmo y nunca usar el modo aleatorio.

Evita las canciones de moda

Practicar yoga supone abrirse a nuevas experiencias que nacen en cada sesión. Buscamos ir un poco más allá, encontrarnos a nosotras mismas, y alejarnos del ruido cotidiano.

Precisamente por eso, utilizar canciones de moda o que son tendencia es una mala idea. Y es que, al final, se pierde la originalidad, lo diferente, lo nuevo. Si alineas la música con la sesión de yoga, debe ser en todos los sentidos.
Si realmente necesitas utilizar ese tipo de música, puedes optar por listas con versiones de canciones modernas para Yoga. ¡No están nada mal! Si te relajan los ritmos más latinos podrías probar con los covers de grupos como Bossa Nova.

El volumen es un aspecto crucial

Otro de los errores frecuentes al elegir música para hacer yoga es que el volumen sea inadecuado.
Cuidado, porque tendemos a pensar más en el exceso y no tanto en el defecto. La música debe ser un telón de fondo, un ambiente, y no cobrar demasiado protagonismo. Sin embargo, si la pones demasiado baja y apenas se percibe, tampoco aportará demasiado. Busca el equilibrio.
Si no está funcionando, no tengas miedo al cambio
A veces, en una sesión de yoga la música puede no estar funcionando. Si es así, no tengas miedo a cambiar de canción, modificar el volumen o, simplemente, quitarla. Nunca hay que forzar las cosas.
La comodidad, de hecho, es uno de los aspectos cruciales de cualquier sesión. Desde contar con una esterilla de Yoga que no resbale hasta la iluminación, todo debe funcionar para favorecer la experiencia. Adaptarse y ser flexibles son dos principios que exigen apertura, pero que llevarán tus sesiones a otro nivel.

A veces, elige el silencio (muchas veces es lo más adecuado si practicas yoga en un ambiente natual que te aporte sonidos relajantes naturales).

Por último, recuerda siempre que, aunque la música es una herramienta mágica y hermosa, practicar en silencio es a menudo algo que la gente también necesita. El silencio puede ser una hermosa melodía que te permita escucharte a ti misma.

De hecho, descubrirás que existen artistas que se especializan en música ambiental para Yoga. Esta recoge los sonidos de la naturaleza, el (casi) silencio, y lo combina con melodías que facilitarán la buena marcha de tu sesión.
En suma, al elegir tu música para hacer yoga, ten en cuenta estos seis consejos. Prueba, experimenta y, sobre todo, disfruta la experiencia.

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